viernes, 9 de octubre de 2009

LAICIDAD EN LA EDUCACIÒN


Laicidad en la educación es quizá uno de los temas de debate que más se han popularizado a partir de su surgimiento durante la Revolución Francesa, con el pretexto de favorecer la libertad del hombre.
A lo largo de los años la Iglesia se ha ido posicionando de los puntos de mayor interés para la humanidad y que precisamente controlan. Me refiero a la política, hace años no podía distinguirse estos dos conceptos debido a que se encontraban muy entremezclados y monopolizaban las conciencias del pueblo. La laicidad no debe malinterpretarse con la libre expresión, es más que nada adquirir la posibilidad de accesar a los beneficios culturales, pues de ellos parten los conocimientos que nos convierten en seres críticos, capaces de reflexionar para aceptar o no algo, para brindar opciones y cambiar acuerdos.
Unas de las razones por las que el pueblo mexicano se mantiene sometido es porque pareciera que siempre olvidara las razones de las luchas y volvemos a recaer en la misma situación. Tener una conciencia arraigada nos limita participar en lo que es importante, nos vuelve seres inútiles incapaces de tener una vida aceptable; todos los seres humanos tenemos la capacidad de afrontar diversas situaciones, “los números ya no deben favorecer a las minorías”.
Laicidad se trata de no permitir que nadie controle lo que pensamos, que no nos someta ni engañe, por ello la educación es importante, hace ya varios años, desde la constitución de 1857, que la iglesia se separó del estado y se abrió el vínculo de la libertad de creencia, sin embargo en la propia escuela es un tema dudoso, el más popular es el caso de los niños Testigos de Jehová, que no saludan a la bandera, ¿la escuela permite o no la libertad de creencia?, por una parte si porque lo deja asistir, pero por otra no porque se le obliga a saludar; algunos dicen que nadie les va a hacer nada en la escuela mientras respeten los símbolos pero al obligarlos a saludar ¿no están acaso obligándolos a hacer algo que no quieren?, ojalá supiera la solución a esta paradoja, la verdad, lo único que se me ocurre es incluir otro apartado en el artículo tercero que mencione sobre la obligatoriedad de los padres de familia de acatarse a los reglamentos de la institución, de esta manera “sobre aviso no hay engaño” y entonces ya no habría problemas, o tal vez comenzaría a haber una serie de revueltas de parte de dicha religión. Lo que sé es que hasta estos momentos no se ha dado.
La laicidad es muy dudosa hasta nuestros tiempos, el hecho si de verdad se cumple o no el artículo, pero en fin, no se puede negar de que a partir de la separación de la Iglesia se han logrado un poco más de avance porque no existe nada –al menos interno- que obstruya la implementación de conocimientos científicos que poco a poco –sin necesidad de que nos digan- nos comienzan a hacer dudar de la espiritualidad.